martes, 5 de octubre de 2010

El Coloquio Maravillado:

Pelleas:
Iba yo por la senda, tú venías por ella,
mi amor cayó en tus brazos, tu amor tembló en los míos.
Desde entonces mi cielo de noche tuvo estrellas
y para recogerlas se hizo tu vida un río.
Para ti cada roca que tocarán mis manos
ha de ser manantial, aroma, fruta y flor.


Melisanda:
Para ti cada espiga debe apretar su grano
y en cada espiga debe desgranarse mi amor.


Pelleas:
Me impedirás, en cambio, que yo mire la senda
cuando llegue la muerte para dejarla trunca.


Melisanda:
Te cubrirán mis ojos como una doble venda.

Pelleas:
Me hablarás de un camino que no termine nunca.
La música que escondo para encantarte huye
lejos de la canción que borbota y resalta;
como una vía láctea mi pecho fluye.


Melisanda:
En tus brazos se enredan las estrellas más altas.
Tengo miedo. Perdóname por no haber llegado antes.


Pelleas:
Una sonrisa tuya borra todo un pasado;
guardan tus labios dulces lo que ya está distante.


Melisanda:
En un beso sabrás todo lo que he callado.

Pelleas:
Tal vez no sepa entonces conocer tu caricia,
porque en las venas mías tu ser se habrá confundido.


Melisanda:
Cuando yo muerda un fruto tú sabrás su delicia.

Pelleas:
Cuando cierres los ojos me quedaré dormido.

Pablo Neruda.


No hay comentarios:

Publicar un comentario